domingo, 5 de julio de 2015

Paseo sonoro por el Parque Natural de Garraf

El pasado 23 de mayo hicimos la salida de primavera de las convocadas inicialmente mediante el nombre del World Listening Day, con el mismo ánimo de aprovechar al máximo el sentido del oído y la escucha y de reflexionar entorno al mismo y al sonido en general.

Cuarta y última del primer ciclo realizado desde el WLDBcn14, no destaca porque hayamos recogido muchos sonidos ni grabaciones, sino por las reflexiones en torno a este primer ciclo y a lo que está por venir, especialmente el WLDBcn15.
En esta ocasión decidimos desplazarnos al Parque Natural de Garraf, cuyo entorno natural prometía un ambiente sonoro aislado -al menos, a un servidor- que resultó no ser, debido, sobre todo, a la cercanía del aeropuerto de El Prat.
A cuentagotas fuimos llegando a Garraf. En el siguiente tren al mío llegaron Pedro y la nueva caminante del grupo Blanca Rego. Más tarde se reuniría con nosotros Byron. Pero antes, los tres que estábamos iniciamos la caminata montaña arriba, fijándonos primero en el efecto de enmascaramiento procedente de la autovía que separa la línea de costa con la de montaña y luego en el procedente de una fuente no tan cercana pero más potente, los aviones. De estos llegamos a distinguir dos tipos, siendo más sonoros aquellos que volaban más bajo, presumiblemente porque aterrizaban o despegaban del aeropuerto barcelonés, y menos sonoros aquellos que volaban alto en rutas que atravesaban el espacio aéreo sobre el lugar.
A continuación destacamos el efecto que tenían sobre el ruído originado en el tráfico de la autovía determinados "giros" del camino. En determinadas curvas -una especialmente- cuando nos situábamos "detrás" de la montaña, se apagaba el ruído de los vehículos de manera más o menos brusca según el punto concreto creando una fuerte impresión.
A la que tuvimos la ocasión de encontrar una sombra en un punto al que no llegaba el sonido de la autovía, paramos a hacer las primeras grabaciones. Además de los pájaros, y los aviones -casi un continuo, pues cuando desaparecía uno entraba otro-, insectos -especialmente moscas- y senderistas -sus conversaciones y sus pasos- son la materia sonora principal de estas. Tuvimos tiempo para comentar la situación en que nos encontrábamos, entre canteras, completamente paradas ya que estábamos en sábado; otro día de la semana, el entorno sonoro sería completamente diferente.


Entonces, mientras Pedro fue a juntarse con Byron, Blanca y un servidor continuamos camino. Nos detuvimos en puntos distintos para captar el ambiente sonoro y los efectos del territorio -montañas y valle- sobre los sonidos-.


Precisamente después, una vez reunidos todos, nos explicaba Pedro la clasificación de los sonidos del entorno sonoro según su fuente que propone Bernie Krause: geofonías -sonidos debidos a la geografía, al clima etc.-; biofonías -también como su nombre indica, sonidos originados por seres vivos, que se pueden deber a las voces animales o a los movimientos animales o de plantas etc.-; y finalmente antropofonías, los sonidos creados por el ser humano, sean musicales, de máquinas etc. Es evidente que es una división ambigua; la voz humana puede pensarse como una biofonía o una antropofonía; el roce de las hojas de los árboles provocado por el viento puede interpretarse como una geofonía o una biofonía; y así muchos ejemplos más. Sin embargo, parece que los sonidos vienen moldeados por el ambiente en el que se producen y puesto que todo está interconectado es difícil aislar lo geológico de lo biológico, por ejemplo.
Otro debate que mantuvimos fue acerca del nombre de la materia de estudio, conocida habitualmente como paisajes sonoros, procedente del inglés soundscapes. Murray Schafer explica en el siguiente vídeo que la tuvo que inventar y que es mal nombre para su libro capital enfrente del original inglés que se traduce por "La Afinación del Mundo".
Soundscapes, como landscapes, se construye a partir del sufijo -scap, que viene de -ship, tal como se puede ver aquí o aquí, y que significa forma o estado o condición. Por tanto estamos hablando de las formas o estados del sonido, y éstas son las productoras del ambiente en el que se desarrolla. Por eso, parece mejor hablar de ambiente o entorno sonoro que de paisaje sonoro, dadas las connotaciones del término paisaje...

Finalmente, antes de reemprender el camino de regreso y acabar con una distendida conversación mientras tomábamos un aperitivo, hablamos sobre qué hacer el próximo WLDBcn15, dejándonos llevar por un reguero de propuestas en consonancia con el tema del WLD15, que es el agua en cualquiera de sus estados.
Para finalizar con un sonido del elemento H2O, me remito ahora, por ejemplo, al hermoso sonido producido por los icebergs que publiqué en una entrada anterior.

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